La luna,
la estrella errante...
Mira a otra parte.
Allen Ginsberg
Son
guindas chicas - pensé al girar la cabeza- parecidas a una miríada de soles extinguiéndose,
sin demasiada bambolla.
Un
segundo y volví a mirar en dirección del río; ahora parecían rositas descoloridas,
amarillentas en el centro.
Aparecían
en los huecos de los edificios dejados atrás en nuestra marcha.
Volví
la mirada hacia adelante sin prestar atención a la lluvia.
La
lluvia animaba el zig zag del limpiaparabrisas al ritmo de un zumbido y un
silencio de estropajo.
Avanzábamos
aislados del ruido del mundo y recordé el sueño de la noche anterior.
La
lluvia tocaba un blues en las ventanas, como si toda el agua de la eternidad se
concentrarse contra los cristales y desagotara de aquélla manera, impidiéndome
distinguir que en la oscuridad estaba mi madre con dos lagrimones así en los
ojos.
Al despertar, en el vertiginoso avance contra los edificios los huecos dejaban
ver un borde rojo con el centro apenas amarillo y las flores flotaban en el río
al que volví a mirar un segundo, mientras el zumbido se apagaba, lejano, con
unos ojos aglomerados como soles.
Afuera
era de noche y estaba lleno de tigres.
Old D Blues (Omar Sosa)
La foto es de Roxana