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jueves, 12 de diciembre de 2019

Esperanzades























Me asomo a los ladridos...

Oliverio Girondo





Fotografía por Andreas Feininger "Contax"
Beijin - Alejandro Franov


domingo, 26 de mayo de 2019

Sombras en los álamos




















Siempre llega mi mano
más tarde que otra mano que se mezcla a la mía
y forman una mano...

Oliverio Girondo (Dicotomia incruenta)



Sombras en los álamos - Spinetta Jade

Fotografia por Alberto Amante - "La Matanza, registro y grabación"


viernes, 24 de julio de 2015

Islas





















Serán videntes demasiado nadie
colindantes opacos
orígenes del tedio al ritmo gota
topes digo que ingieren el desgano con distinta apetencia

Son borra viva cato descompases tirito de la sangre

Un poco nubecosa entre sienes de ensayo
y algo mucho por cierto indiscernible esqueletando el aire
dedos ay en derrumbe hacia el final desvío de ya herbosos durmientes paralelos
son estertores malacordes óleos espijismos terrenos
milagro intuyo vermes
casi llanto que rema
de la sangre

Sus remordidas grietas
laxas fibras orates en desparpada fiebre musito por mi doble
son pedales sin olas
huecos intransitivos entre burbujas madres
grifosones infiero aunque me duela
islas sólo de sangre



"Islas sólo de sangre" Oliverio Girondo



sábado, 23 de mayo de 2015

Nocturno





















El humo azul, azul,
entre mis dedos,
inscribiendo en el aire
su delirio
y mal llovido
a espesos lagrimones,
ese arrítmico trote
desvalido,
enlutando los sueños,
los balcones,
mientras ya en el recuerdo
el tiempo muerto,
aquí voraz insecto,
noche en celo,
latido de persiana
o ritmo grillo,
es también clara senda que bordea
bajo pinos
la tarde y la ladera,
para luego perderse
entre azoteas
o en la turbia corriente
de estas venas,
de gustos recatados y viajeros,
que riega caracoles donde suena
la muerta voz sepulta en la madera
o el rumor interior
de la penumbra
que sustentan mis huesos,
junto al humo
y a cuanto no comprendo
y me circunda:
débil hoja dormida que despierta
y suspira, se queja, se da vuelta,
balbuceo de cielo en desamparo...
ni mis pálidas uñas ¡tan siquiera!;
mientras vuelvo a tu encuentro
azar, memoria,
en busca de callejas marineras
que en plena resolana de naranjas
bajaban, con sus redes a una playa,
en los labios ya un gusto a madrugada
-¿qué recuerdo se asoma a esa ventana?-
me aproximo a mujeres amapola
-¿por qué, por qué amapola?-
entre zaguanes
de aliento canallesco y voz gastada,
tan cerca, en este instante,
entre la borra
nocturna, aquí también,
¡y tan amarga!...
-allá lejos, ¿por qué
siempre amapola?-
ya casi colindando con la aurora.




Oliverio Girondo "Nocturno" 1921
Fotografía por Roxana, "Luna", 2015