lunes, 2 de enero de 2017

Como un acróbata





















Un hombre
con un espejo (hecho
un segundo esqueleto)
embutido en el cuerpo
no puede
bruscamente volverse hacia atrás
no puede
juntar nada del suelo
y cuando duerme
es como un acróbata
extendido sobre un relámpago

Un hombre con un espejo
enterrado en el cuerpo
en verdad no duerme: refleja
un vuelo

Finalmente ese hombre
no puede hablar demasiado alto
porque los espejos sólo guardan
(en su abismo)
imágenes sin ruido






José Ferreira Gullar, "En el vértigo del día" - El espejo del ropero, II.
Ciranda Nordestina - Egberto Gismonti - Solo
Fotografía por René Burri - "San Cristóbal" México - 1976