domingo, 28 de julio de 2013

Caleidoscopio






















Después que el Esteves saludase con una mano al gran Alvaro de Campos, asomado a la ventana de su cuarto; un cuarto como todos los millones de cuartos que dan a una calle cualquiera, es casi seguro que las esperanzas y los ideales de mi mundo hubiesen muerto aniquilados con el efecto "caleidoscopio".
Y todo eso no constituiría noticia alguna. Abanico mudo de un colgante de acontecimientos anónimos e inútiles.
Pero en la mesa del jardín; una mesa de vidrio craquelado bastante traslúcido, habían quedado unos granos de arroz y pétalos de flores.