viernes, 21 de septiembre de 2012

Primavera


















Cada una de las letras que componen tu nombre, ¡oh Belleza!, en el cuadro de honor de los suplicios, desposa la llana simplicidad del sol, se inscribe en la frase gigante que cierra el cielo, y se asocia al hombre encarnizado en engañar a su destino con su contrario indomable: la esperanza.
 
René Char (La rosa de roble).