viernes, 13 de junio de 2008

Viernes 3 a.m.



Una cosa, muchas veces, es las mismas veces muchas cosas. Maremágnum. Océano de sahumerios que nos comunican con el cielo. Una clase de mp4 divino. Señales digitales de humo.

A mediados de febrero, en ocasión de la mudanza dentro de la nave nodriza de Los enanos de Honorio, ocurrió un terremoto que devastó todas las instalaciones. Lo lamentable de todo el incordio fue que la biblioteca principal se derrumbó, sepultándome bajo una pila de volúmenes que estaban alfabéticamente ordenados por autor. Afortunadamente, en lo personal, sólo padecí algunos rasguños y moretones, nada grave.

Todavía no reordenamos semejante desquicio, pero las filas más altas, (cayeron sobre una mesada que amortiguó el impacto) quedaron intactas.

Corresponden a las letras ABC.

Apollinaire Bioy Cortázar Borges Calvino Cervantes Carnaval Codicia Cela Ambición Chandler Bretón Arlt Althuser Chejov Avaricia Conrad Artaud Bocaccio Abundancia Blainsten Below Benjamín Bill de indemnidad Alto.

Algo similar ocurre con el infame bombardeo periodístico y televisivo del carnaval organizado alrededor de la figura de Charly García.

Y todavía no nos reponemos.

Exhibido y arrastrado a través de las calles en una jaula, en un maldito show montado por un montón de simios inarticulados a quienes sólo les interesa ganar cada vez más dinero. Como si no tuviésemos suficiente con el terrible machaque cerebral a través de los diarios, las revistas, la internet, la televicio (el acierto me pertenece) y aledaños medios, acerca del patético sufrimiento del empresariado agropecuario, apisonando nuestros cacumenes con una farsa montada por la red del oro (con la que Salvatore Quasimodo construyó un infinito poema); farsa a la que el mismísimo André Breton hubiese bautizado no sin una gran dosis de humor negro como: “tre noir”.

La misma promiscuidad, la misma carne lanzada contra las hélices del parioidiotismo televisivo. (si, pario-idiotismo, no me corrijas, Word).

Siempre es lo mismo, nena. El olor de la soledad en el peor momento del sismo, la oreja de Van Gogh rechazada por una puta.

Pero volvamos a la nave nodriza; lo bueno es que nos quedaron intactas las filas de arriba: El ABC.

Para todo lo demás, existe cualquier tarjeta de crédito.




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PD: Pascal se abrió las venas en una bañadera y no lo vimos por TN ni Crónica TV todo adornado con una cartelera de neón color fucsia.



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